Industria Agropecuario Residencial Comercial y público Transporte 27% 6% 27% 9% 31% Uso de energía por sector de la economía Gas licuado Otros derivados del petróleo Leña y carbón Electricidad Gas distribuido por redes 3% 63% 2% 25% 7% Fuente: Balance Energético 2012 - Metodología y cálculo. Secretaría de Energía de la República Argentina.
Enero Febrero Marzo Abril Mayo Junio Julio Agosto Septiembre Octubre Noviembre Diciembre Millones de m3 por día Consumo residencial 2012 706050403020100 Cocción y calentamiento de agua Calefacción 49% 51% Fuente: Balance Energético 2012 - Metodología y cálculo: Secretaría de Energía de la República Argentina.

El sol siempre está

El sol es la principal fuente natural de calor y su posición relativa diferenciada respecto de la tierra permite un aprovechamiento estratégico de su energía.

La ciudad de Córdoba se encuentra a 31,4° latitud sur. En verano, la luz solar llega con un ángulo de 83°, casi pependicular a la superficie. Por eso, durante los meses estivales, la incidencia de la luz solar en los ventanales es menor. Incluso el uso de un pequeño alero permite conservar la totalidad de su superficie bajo la sombra y, como resultado, con ambientes más frescos. Cada 20cm de alero (vuelo del techo o agregado a la construcción) se proyecta un metro de sombra sobre la fachada. En invierno, en cambio, los rayos llegan con un ángulo de 37º. Ubicar los ventalanes en la pared orientada hacia el norte permite aprovechar la energía calórica y lumínica del sol durante esta estación.
Una galería cerrada con vidrios o plásticos transparentes (removibles) en la cara norte, funciona como acumulador de calor en invierno (efecto invernadero) y espacio abierto en verano.
El vidrio deja pasar la radiación solar visible de onda corta y a su vez deja escapar la radiación de onda larga. El suelo acumula el calor y lo irradia al ambiente hasta varias horas después. Los suelos oscuros y opacos aumentan la absorción del calor y materia- les como el hormigón, piedra, cerámicos y ladrillos favorecen la conservación del calor. La aislación entre la tierra y el contrapiso permite potenciar este efecto de conservación del calor. Los tabiques y persianas en el exterior reducen la pérdida de calor por el vidrio durante la noche. Tachos de 20 litros o bidones pintados de negro y llenos de agua, ubicados dentro de la casa, junto a una ventana orien- tada al norte son una gran fuente de absorción, con- centración y conservación del calor.
Con viento a favor La circulación del aire es fundamental para la aclimatación habitabilidad de cualquier espacio cerrado, tanto en verano como en invierno son necesarias la ventilación. Por eso, la ventilación cruzada garantiza un mejor aprovechamiento del aire. Viento dominante: es el que sopla con mayor intensidad, en Córdoba proviene del sur. Viento reinante: el que sopla con mayor frecuencia, para la zona de Córdoba, el viento noreste (brisa todo el año). La diferencia de altura en la ubicación de las ventanas tam- bién puede utilizarse estratégicamente. El aire caliente es menos denso y por eso sube. En construcciones altas la ubicación de pequeñas ventanas o claraboyas en la parte superior permite que el aire caliente salga al exterior por convección (inercia física) generando ingreso de aire nuevo (a menor temperatura) desde otras ventanas. Es importante utilizar aquellas que provengan de espacios en sombra y con plantas para que el aire sea más fresco aún, por ejemplo ventanas que dan a una galería. En la provincia de Córdoba los vientos de mayor frecuencia y constancia provienen del noreste y los vientos más intensos y fuertes (aunque de menor frecuencia) provienen del sur. Aquí, la diferencia de tamaños en las distintas aberturas hace la diferencia. Cuando la abertura de ingreso es pequeña y la salida grande, la velocidad e intensidad del viento desciende.
Entre la espalda (económica) y la pared

Gran parte de la eficiencia energética de una construcción (casa o edificio) guarda estrecha relación con sus características de aislación envolvente. Esta característica está estrictamente ligada al costo de construcción ya que es el resultado directo de los materiales utilizados.

Grosor de las paredes (15, 20 o 30), tipo de construcción: madera, durlock, ladrillos huecos (de 13, 15 o 20); ladrillos comunes (ladrillo o ladrillón). Camara de aire, tipo de aberduras: chapa, madera, aluminio de vidrio simple o vidrio doble.

Aun así, existen dos cuestiones a tener en cuenta. Por un lado, el incremento en el costo de construcción puede amortizarse en el ahorro de consumo energético a lo largo de los años de uso. Por el otro, en caso de no poder afrontar los costos totales de aislamiento envolvente, se pueden priorizar las caras orientadas al sur por el frío y al oeste, por el calor.

Un refuerzo natural: la cara oeste siempre tiene que soportar las máximas temperaturas, ya que desde el mediodía en adelante recibe la incidencia del sol hasta el anochecer. Un árbol perenne dará sombra en verano y con la caída de sus hojas en otoño, permitirá la incidencia del sol en su fachada.

Algunas experiencias

En la actualidad existe la Norma IRAM 11900, “Etiqueta de Eficiencia Energética de calefacción para edificios”. Una clasificación similar a la utilizada en los electrodomésticos, que se aplica a edificios valorando su grado de aislación envolvente en paredes y techos, lo que a su vez determinará la eficiencia de su calefacción. Si bien surgió como una estrategia para agregar valor a las transacciones del mercado inmobiliario más que promocionar el consumo energético responsable, puede transformarse en una buena herramienta para pensar y diseñar políticas públicas al respecto.

El Colegio de Arquitectos de la Provincia de Córdoba diseñó en 2013, un Sistema de Etiquetación Edilicia Sustentable cuyo objetivo es “fomentar prácticas profesionales adecuadas, un uso eficiente de los recursos no renovables y considerable ahorro de consumos”. La iniciativa propone una valoración sobre seis aspectos:

Sitio | El edificio y su entorno.
Calidad ambiental | Nivel de confort térmico, lumínico y acústico.
Energía | Eficiencia de uso y empleo de recursos ilimitados como el sol y el viento.
Agua | Eficiencia de uso y métodos de reutilización de aguas grises y negras.
Materiales | Los productos utilizados en la construcción, como así también los recaudos ambientales que toman las empresa que los fabrican.
Gestión | Buenas prácticas constructivas y cómo es el uso del edificio una vez que comienza a funcionar.

La eficiencia energética en la construcción no es un movimiento ambiental, ni un planteo ecológico, ni parte de la onda verde; se trata de la razón de ser de la arquitectura: construir bien, del mejor modo posible teniendo en cuenta y aprovechando el entorno, sus condiciones y características.

Para lograr un cambio concreto y sólido, no se puede apelar a la conciencia y las buenas prácticas individuales de quienes construyen, es necesario definir, regular y exigir condiciones para la generación de proyectos. Este marco sólo puede ser impulsado desde el Estado que, además, es el principal responsable y beneficiario del uso eficiente de los recursos energéticos.